Ayer cuando toqué tu mueca
quise ver al viento mojar tus pies
tu panza vacía tan llena
estabas descalza y limpia bajo el aromo
estabas libre como una plaza de juegos
como un fresco al que se lo rodea de bosques
y tu voz que era semejante a una cuerda de guitarra
tomó a la tarde el relieve que suelen tener
ciertas especies de caracolas
y entraste a la calle sin órganos apenas cayeron los primeros astros
y fue que durmieron monedas
sobre tus manos creadas por la arboleda de hielo
y estabas oscura por dentro
aunque por fuera vibrabas como una planta comunicante
y fue que hiciste un dibujo
de la palabra c a l l e al borde de las baldosas
ayer extendida
sentada frente a la escalera que nos llevó al ombú inalcanzable
y fue que brillaste envuelta en hojas de paracaídas
en los callejones hechos de pan
ayer cuando toqué tu mueca
y la canción habló en el andén.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario