viernes, 26 de enero de 2007

LA

La muñeca enterrada en la hoguera del azar
por el ombligo celeste de los pozos frescos
por el ancho puente bajo la cisterna marina
que le dio labios a la arena
y nombre a las cabelleras plateadas de los animales del viento
que le dio lenguas al polvo de la tierra
para que a partir de allí sobrevenga
la carne desnuda de los tigres de la lluvia
o de los jóvenes que alguna vez soplaron sus voces
para acercarse a la vida
y hacerse de los claros de las hojas perdidas
por el extenso carril de la madre y el hijo
por el vector minado de pequeñas rutas
las ataduras del niño efímero
en todas las puertas que conducen al horizonte
que le dio piernas a la piel de las plantas rastreras
y el sentido del tacto a las mujeres de un solo cuerpo
por la silueta de los molinos nubosos
por la cortina que surca los miradores
que hay detrás de cada flor
todas las madres se volveran intransitables en algún momento

1 comentario:

Anónimo dijo...

he decidido acariciarme el alma, dejarmela acariciar, por un rato, solo por un rato...andaba con ganas hermano, de acercarme a vos, la mejor manera entonces, es leerte.y elijo las que me gustan, las que rapidamente se transforman en musica o ruido dentro de mi. Mezcla de placer y dolor, no son palabras elegidas y puestas en un cierto orden por casualidad. El efecto es siempre el mismo amigo mio, cada una de ellas es la apertura de un yo infinito, de un vos y tu vida...tus dolores, tus penas, tus placeres, tus negaciones...bendita sea entonces la neurosis obsesiva y nuestros complejos de edipo...benditos los ruidos, benditos, insisto los poetas que escriben-nos escriben, con la propia sangre
desde lejos tu alter-ego